Nacido en Cuenca en 1955, creció al abrigo de una de las dinastías más ancestrales dedicadas al noble oficio del barro de las que se tienen datos: año 1752.
Desde muy joven comenzó a trabajar en el alfar de su padre, sin embargo, la vena artística le llamaba y dejó temporalmente la cerámica para dedicarse a la fotografía.
Con el paso de los años, volvió a retomar su oficio y, afanado en buscar algo diferente de lo que se hacía, cambió la arcilla por el gres y los barros refractarios.
Cada pieza es el resultado de una minuciosa dedicación, sin reparar en el tiempo que se ha empleado en hacerla.
Nombrado Maestro Ceramista en 2010